Para comenzar a establecer una relación entre la arquitectura y el mito de la caverna, vamos definir primero de que se trataba este mito; Platón al comienzo del libro séptimo de la República nos habla de una caverna.
Un antro subterráneo que tiene todo a lo largo una abertura que deja libre el paso de la luz, y en ese antro, se encuentran unos hombres encadenados desde su infancia (sujetos de las piernas y el cuello), de suerte que no pueden cambiar de lugar ni volver la cabeza, pudiendo solamente ver los objetos que tengan delante.
A su espalda, a cierta distancia y a cierta altura, hay un fuego cuyo fulgor les alumbra, y entre ese fuego y los cautivos se hallan un camino escarpado. A lo largo de ese camino se encuentra un muro, un muro tras el cual pasan una serie de hombres portando objetos de todas clases, figuras de hombres y de animales de madera o de piedra, de suerte que todo ello apenas se aparezca por encima del muro.
De manera que los condenados sólo pueden ver las sombras que van a producirse frente a ellos. Ante éste extraño cuadro de espectáculo e incertidumbre; sin duda los prisioneros no creerían que existiese nada real fuera de las sombras y de los ecos que escuchan al fondo de la caverna.
Pienso que en la época actual gran parte de la sociedad está ligada a ser esta clase de prisioneros, prisioneros a un espectáculo único y propio que nos ofrece la globalización o en muchas ocasiones si no es en toda la vasta comercialización y publicidad de Mercado. estamos siendo obligados a ver un sin fin de escenarios donde a arquitectura ha caído y de algún modo se está convirtiendo en una escenografía mercantil; uno de los grandes problemas del espacio y sobre todo del urbano es la pérdida de identidad en la cual ha venido decayendo esta arquitectura, nos dejamos asombrar fácilmente en la utilización de espacios vánales y estúpidos y dejamos perder en gran magnitud una identidad que es única y exclusiva de la historia y estamos cayendo en unos lugares- no lugares no tienen una fenomenología propia y no la queremos ver solamente la estamos tapando y pasando encima de ella, como si su identidad fuera solamente un capricho histórico.
Platón plantea después; ¿que pasaría si fuéramos liberados y se nos abriera ese mundo de sombras a las que hemos estado siendo esclavos?, ¿como aceptaríamos ese Nuevo mundo de lo real físico y alcanzable? y ¿cual sería nuestra reacción?
"Si se le muestran luego las cosas a medida que vayan presentándose y se le dijera que ahora tiene ante los ojos objetos más reales, ¿no se le sumirá en perplejidad, y no se persuadirá a que lo que antes veía era más real que lo que ahora se le muestra?”… Platon.
Un gran problema sería el deslumbramiento ya que este distorsionaría ciertos elementos nuevos que nunca han sido creados para nuestra mente y comenzaríamos a darle un significado mas ha acertado a las sombras que toda la vida hemos estado obligados a ver.
